El 5 de noviembre pasado, Nápoles se despertó con una nueva obra de arte en el centro de la ciudad. Los primeros transeúntes del día encontraron allí mismo, en el centro de uno de los lugares emblemáticos de la capital partenopea, Plaza del Plebiscito, una gran escultura de mármol que representa el cuerpo de un niño.
Es la obra del artista y empresario italiano Jacopo Cardillo, conocido artísticamente como Jago, nacido en Frosinone en 1987 y muy apreciado en Italia y en el extranjero. De hecho, vive en Nueva York y trabaja entre Italia, Estados Unidos y China donde imparte también cursos en escuelas, universidades y academias.
La escultura en cuestión representa a un bebé blanco, inmóvil y encogido, largo un metro y sesenta y cinco, igual de ancho y alto sesenta y cuatro centímetros. Un crío enorme en posición fetal, atado al suelo de la plaza por una cadena que según algunos simbolizaría un cordón umbilical no cortado que lo encadena a su tierra, pero también a su fragilidad y al hecho de pertenecer a la categoría de los más débiles. El artista fue claro: “No tengo que explicar nada. Cada uno lo interpretará según lo que ve”.
Luego dice que inicialmente el niño se llamaba Homeless, “sin hogar”. Fue realizado en Nueva York en plena pandemia. Con su trabajo quiso llamar la atención sobre las personas más débiles de la sociedad y las personas sin hogar ciertamente representan el emblema de esta categoría en la ciudad estadounidense. El escultor explica: “Allí los vagabundos son muchos, en todas partes. Y nadie le presta atención. Ya no los ves: por qué, me preguntaba. Porque son viejos, pobres, grises. Porque ya no vemos al bebé. Si hubiera cientos niños tirados en el suelo, solos, sin cobijo, sí que los veríamos”.
Luego llega a Nápoles, donde lleva meses trabajando en su laboratorio ubicado en el Rione Sanità, para dedicarse a una obra inspirada en la “Piedad”. Siempre sensible a las cuestiones sociales e impresionado con la situación de profunda crisis económica en la que se encuentra el país debido a la pandemia, decide en colaboración con la Fondazione di Comunità San Gennaro instalar la ahora conocida escultura en Plaza de Plebiscito. Así, tras obtener la autorización de la Municipalidad y la superintendencia, en la noche entre el 4 y el 5 coloca a su niño de mármol en el centro de la plaza.
“Lo renombré Look-down. Mira hacia abajo, mira a los últimos, son los frágiles los que tienen menos voz que ayer. En lugar de lockdown” fue la única explicación que dio el artista. El alcalde, el municipio, el Palacio Real, el superintendente y la concejala de cultura Eleonora de Majo lo felicitaron. Luego, la concejala comentó la obra diciendo: “Esta obra es un regalo para nuestra ciudad, pero sobre todo una invitación que desde Nápoles se dirige al mundo entero. Mirar hacia abajo, cambiar su punto de vista, cuidar de quienes corren el riesgo de ahogarse en el tormentoso mar de la pandemia y sus devastadores efectos sociales. “Look down”, mira hacia abajo, es un pacto entre Iago y nosotros. A partir de hoy está allí en el suelo, como advertencia y al mismo tiempo como desafío”.
La escultura permanecerá allí hasta principios de enero.