Una lluvia de nabos, gente corriendo, otros cantando, emoción y adrenalina se dan cita en las calles del pueblo, estamos en Piornal, un municipio español de Extremadura. Aquí todos los años, precisamente los días 19 y 20 de enero, en honor de San Sebastián, se celebra una de las fiestas más sentidas e importantes de la zona, Jarramplas.
Los orígenes de esta fiesta son bastante inciertos, la mayoría de los habitantes de Piornal dice que Jarramplas representa a un ladrón de ganado que en el pasado, una vez descubierto por los lugareños, fue echado y golpeado con verduras. Otros afirman que este festival ancestral tiene orígenes mitológicos, mientras que otros lo remontan a una tradición nativa americana. Sea cual sea su origen, una cosa es cierta, los habitantes de Piornal esperan impacientes todo el año para vivir esta celebración.
Jarramplas es la figura principal de la fiesta, un chico de Piornal se disfraza con una especie de “armadura” muy pesada cubierta con trapos de colores y lleva una máscara gigante de forma cónica, con dos grandes cuernos y un mechón de crin. Este personaje vaga desenvuelto por las calles del pueblo tocando su pequeño tamboril y mientras tanto es golpeado por los habitantes listos para arrojarle cientos y cientos de nabos. Jarramplas levanta las manos para parar el lanzamiento y los mayordomos, siempre a su lado, le ayudan a ajustarse la máscara, a beber, a secarse el sudor, o sea, le asisten fielmente. Poder ser Jarramplas es un orgullo, a todos los chico les gustaría tener esta oportunidad, y la lista de espera de los próximos veinte años es la prueba. La tarde del día 19 los habitantes se reúnen en la plaza frente a la iglesia esperando los doce tañidos, cuando Jarramplas empieza a tocar su tamboril.
Se ha convertido en una fiesta de interés turístico nacional y trae a la memoria la famosa “Tomatina de Buñol”, la batalla de los tomates que se celebra en España, y la famosa batalla de las naranjas de Ivrea en la provincia de Turín. Para participar en la fiesta y comprender sus aspectos más importantes, es interesante y curioso visitar el “Museo de Jarramplas” que acoge los objetos utilizados durante la celebración, como armaduras, máscaras, vestimentas y tambores. Otro objeto muy querido es la maqueta de Jarramplas, que reproduce fielmente el real. Los visitantes también tienen la oportunidad de experimentar en primera persona la emoción que siente Jarramplas durante la fiesta, el museo ofrece una máscara de realidad virtual que hace sentir las sensaciones, los golpes, el cansancio y todo lo que vive Jarramplas durante la batalla
Cuanto más Jarramplas es capaz de soportar los golpes, más la fiesta sigue adelante y los lanzadores de nabos animan al personaje premiando su valentía. Las celebraciones cierran la tarde del 20 de enero cuando Jarramplas se dirige a la casa del futuro mayordomo, con la cita para la fiesta del año siguiente.