La mayoría de nosotros, al menos una vez en la vida, ha intentado degustar platos chinos, japoneses, coreanos o vietnamitas con palillos. Hay quien utiliza los palillos con éxito y quien se siente un poco incómodo, y sigue prefiriendo el clásico cuchillo y tenedor del mundo occidental. Los palillos son el símbolo de la tradición y de la cultura china y pueden estar hechos de madera, bambú, cerámica, plástico, pero su forma siempre sigue siendo la misma.
El origen de este utensilio culinario es incierto y existen varias leyendas sobre su historia, pero sin duda el nacimiento data de una época muy antigua. Inicialmente, antes de utilizar palillos, el pueblo chino usaba la cuchara porque la mayoría de los platos eran realizados a base de mijo, por lo que era mucho más fácil comer con las cucharas. Luego, cuando el mijo empezó a ser procesado y consecuentemente los platos también eran más elaborados, como los noodles (fideos chinos), se tuvo que encontrar una solución para comer más fácilmente.
Según uno de los muchos cuentos, el origen de los palillos data de la época de los emperadores Yao y Shun, en el 2100 a.C., cuando la gente del pueblo tuvo que hacer frente a varias inundaciones que provocaron numerosas muertes y daños considerables a la agricultura. Un hombre tuvo la tarea de encauzar los ríos y durante uno de sus días de trabajo, decidió cocinar un poco de carne, una vez lista, sin embargo, resultó estar demasiado caliente para ser consumida con sus propias manos, por lo que el astuto trabajador hizo cubiertos con las ramas de un árbol. Desde entonces, el hombre seguí utilizando su invención cada día, difundiendo su uso. La otra leyenda cuenta la historia de un rey perteneciente a la dinastía Shang (que reinó desde 1600 a. C. hasta 1046 a. C.) que odiaba los platos demasiado calientes y por esta razón muchos de sus cocineros, si se le ofrecían comidas calientes, pagaban con su propia vida. Esta vez la concubina del rey, queriendo salvar al cocinero que había preparado un plato caliente, decidió dar de comer al monarca con sus complementos de jade. Así el rey continuó usándolos durante las comidas.
Sea cual sea su verdadero origen, lo cierto es que el pueblo chino no puede prescindir de los palillos para consumir las diversas comidas. Según los hallazgos arqueológicos de algunas tumbas, los primeros palillos de bronce datan de 1200 a. C. durante la dinastía Shang. Según las investigaciones y estudios realizados, la gran difusión de estos utensilios culinarios en China se produjo alrededor de 500 d.C.
Ahora que conocemos un poco más sobre esta tradición, la próxima vez que almorzaremos o cenaremos en un restaurante chino tendremos que tomar en cuenta algunas reglas muy importantes. Es fundamental no pinchar nunca la comida con los palillos (los alimentos ya están cortados en trozos pequeños y las porciones están adecuadas); nunca pinchar los palillos en posición vertical dentro del bol lleno de arroz; es prohibido pasarse la comida entre palillos, es mejor dejar que la otra persona se sirva de los platos centrales; por último, nunca cruzar los palillos en una X.