Hoy retomamos nuestro viaje por el mundo en busca de los platos más sabrosos de cada país.
Nuestra primera parada es en un país que se encuentra entre Europa y Asia. Estamos hablando de Turquía. Su cocina tiene orígenes muy antiguos ya que se remonta a la época del Imperio Otomano. Por su posición geográfica, Turquía ha absorbido influencias de muchos países como Asia, Medio Oriente, el Mediterráneo, los Balcanes, dando vida a una cocina rica y variada que no se centra solo en el famoso kebab. El börek, por ejemplo, es una tarta salada muy sabrosa formada por un conjunto de hojas de pasta filo y que se puede rellenar de muchas formas. Existen más de trescientos tipos de köfte (albóndigas) que se suelen disfrutar junto con la bebida típica, el ayran, hecha con agua, sal y yogur de oveja. No olvidemos que el café turco (el türk kahvesi) ha sido reconocido como “Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad” por la Unesco.
Si digo würstel, cerveza y chucrut, ¿dónde estamos? En Alemania, por supuesto. A diferencia de lo que ocurre en otros lugares, el würstel aquí no es algo sencillo. Hay toda una cultura al respecto. En cada región hay un tipo diferente que se distingue por la forma, el tipo de carne, el color y el tamaño. Tenemos el bratwurst, el weisswurst, el currywurst y Knacker. Otra reina indiscutible es la patata, que se cuece de mil formas. La encontramos en panqueques (los kartoffelpuffer), en sopas, salteadas con speck y cebolla, en el kartoffelklösse (ñoquis), e incluso en postres. Además de platos a base de carne como la oveja asada de Lüneburg, en la zona costera frente al Báltico también encontramos platos de pescado como la ensalada de gambas, el arenque y uno de los platos típicos de Hamburgo, el pannfisch, o sea un pastel relleno de pescado, mariscos, patatas y mostaza.
Volamos al Océano Pacífico y aterrizamos en Japón. Muchos de sus platos ahora son conocidos en todas partes, con un rincón de este país en todas las ciudades del mundo. Los más conocidos son sin duda el sushi, el sashimi, el ramen, el udon y la soba. La cocina japonesa refleja en todos sus aspectos los rasgos de la cultura del país, para lo cual la tradición, la ritualidad, el equilibrio de sabores y la investigación estética son a la base de cada plato. Su singularidad la ha llevado a formar parte del patrimonio cultural inmaterial de la Unesco. Entre los platos menos exportados pero igualmente característicos encontramos el okonomiyaki, un clásico de la comida callejera, y el tonkatsu, la versión japonesa de la chuleta, elaborada con carne de cerdo empanizada en el típico empanado de pan blanco (panka) y luego frita.
¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Como pica, amigos! México tiene la reputación de tener los platos más picantes, aunque en realidad se pueden considerar solo moderadamente picantes si se los compara, por ejemplo, con los platos indios o los de Trinidad. Esta idea, sin embargo, se deriva del hecho de que el chile es ciertamente un ingrediente esencial de la cocina mexicana, en la que se utilizan muchas variedades. Los otros elementos básicos son los frijoles negros, el maíz y el arroz. Las tortillas, que derivan de la harina de maíz, son la base de diversos platos como las quesadillas, rellenas de queso, verduras, carne o pescado; las fajitas rellenas de pollo, ternera y verduras; y las enchiladas, rellenas de pollo, salsa de tomate, queso, chile y crema agria.